Vivir
Soy una calada de angustia cada vez que respiro.
Si ronco y bato mis alas
me cuelo por la puerta de atrás del cielo,
pero luego el humo se me espanta...
y me doy cuenta que el óxigeno siempre falla
si de niño ya naciste muerto.
No suelo llegar, pero a veces llego.
Y me aferro.
Intento volver a vivir como cuando sentía viviendo...
Y ya sea una hostia, un alud o un silencio...
siempre hay algo que viene a por mí,
que me arranca las ansias de seguirme mintiendo,
que me devuelve en violenta depresión
a metro noventa y uno del suelo.
Soy un reflejo roto de tus besos.
Un alquitranado adalid
que vaguea sobre la ribera del tiempo.
Y hay que ver que fea sabe la tierra
cuando te dicen que todo es un juego...
que por azar caes en un chalet con jardín
o en una quimera en el desierto;
que si tienes fuerzas para sentir
es porque aún no te estás muriendo,
aunque te creas el más minúsculo
y diezmado matiz,
solo eres polvo en el viento.
Soy la mañana que llora al despertar
cenizas de un triste mareo.
Una obra incompleta.
Dos mesecillos...
en blanco y negro.
Soy la tumba de lo exacto,
el precio del exceso,
la triste leyenda de un corazón añil
que quiso colocar una princesa
en el cuento perfecto.
Soy una resaca infeliz,
un domingo cualquiera.
La esquina que tantas veces dobló la luna
por cinco gramos de hachís.
Soy lo que queda de ti,
un tembleque de frío invierno,
unos huesillos que miran al fondo del camino
por si quedara alguna sombra de levedad.
Soy un necio,
un arlequín de dos miradas perdidas
que se cruzan en la llama del alba.
Un preso de ti y de tus labios,
un recuerdo que vaga muy despacio
para no poderte olvidar.
Soy la libertad,
la ausencia de ti por los pasillos,
un sudor cristalino y vacío
que me hace invisible a un mundo
exiliado por Navidad.
Me consumo.
Y ya no sé si quiero más semillas de este aire negro,
o me quiero vestir de monumento,
hasta que me pueda hundir.
Nada tiene sentido,
si tú no estás aquí.
Y aunque noto que me apago...
vivo hasta el último suspiro,
pensando en ti.
Porque...
Vivir
consiste en huir detrás de un sueño
hasta reventar.