Definitivo,
como todo lo que es simple. Nuestro dolor no viene de las cosas
vividas, sino de las cosas que fueron soñadas y que no se cumplieron.
Por qué sufrimos tanto por amor? Lo correcto seria que la gente no
sufra, apenas agradecer por haber conocido una persona tan linda, que
generó en nosotros un sentimiento intenso y que nos hizo compañia por
un tiempo razonable, un tiempo feliz.
Sufrimos
¿por qué? Porque automaticamente olvidamos lo que fue disfrutado y
comenzamos a sufrir por nuestras proyecciones irrealizadas, por todas
las ciudades que nos hubiera gustado conocer al lado de nuestro amor, y
no conocimos, por todos los hijos que nos hubiera gustado tener juntos
y no tuvimos, por todos los espectaculos, libros y silencios que nos
hubiera gustado de haber compartido y no compartimos.
Por todos los besos cancelados, por la eternidad. Sufrimos, no
porque nuestro trabajo es desgastante y paga poco, sino por todas las
horas libres que dejamos de tener para ir al cine, para conversar con
un amigo, para nadar, para enamorar.
Sufrimos,
no porque nuestra madre es impaciente con nosotros, sino por todos los
momentos en que podríamos estar confidenciando con ella, nuestras más
profundas angustias y ella estuviese interesada en comprendernos.
Sufrimos, no porque nuestro equipo perdió, sino por la euforia perdida.
Sufrimos no porque envejecemos, sino porque el futuro nos esta
siendo confiscado, impidiendo asi que mil aventuras nos sucedan, todas
aquellas con las cuales soñamos y nunca llegamos a tener.
Como aliviar el dolor de lo que no fue vivido? La respuesta es simple como un verso:
Cada dia que vivo,
me convenzo más de que el desperdicio de la vida
está en el amor que no damos,
en las fuerzas que no usamos,
en la prudencia egoísta que nada arriesga,
y que, esquivándose del sufrimiento,
hace perder también la felicidad.
El dolor es inevitable. El sufrimiento es opcional.